#9

De: Alessandro Triacca <triakka@hotmail.com>

Enviado: domingo, 29 de agosto de 2021 08:21 a. m.

Para: Juan Sáenz de Tejada Urruzola <elamorensancha@gmail.com>

Asunto: URRACCA


Juglar querido:

Tu última carta y el poema que me enviaste me parecieron una invitación a tocar tierra, tras varias semanas en que nuestros textos rascaron el techo de nuestras respectivas bóvedas, y lo que te quiero contar hoy está de cierta forma relacionado con todo esto que venimos hablando (alas, escritura, pájaros) y es también una especie de aterrizaje. 

Son buenas noticias, hermano, tan inesperadas que no sé bien cómo digerirlas aún, de modo que he optado por una discreción de piedra, y eres por ahora el único de mis amigos que lo sabe: quieren publicar mi novela. ¿Te acuerdas que te conté de Bookmate hace algunas semanas, cuando yo aún estaba en Sommières, y que les había enviado la novela? Pues esa rendija se hizo puerta, y alguien dio luz verde (aún no tengo muy claro quién, ni si leyeron toda la novela o sólo fragmentos, en todo caso la editora general del proyecto no la ha leído completa todavía) y esta semana me hablaron para hacerme una propuesta. Resulta que están arrancando su propio sello editorial y quieren publicar mi novela como la primera de ese proyecto, por ahora sólo estaría disponible en su plataforma, en digital y audiolibro, pero el contrato es serio e incluye un adelanto de regalías (mil 200 dólares), y también promoción, prensa, presentación, etc., además del proceso de edición, corrección y diseño. Los detalles te los diré por teléfono (¿hablamos pronto?), aunque tampoco hay mucho más que decir por el momento. Estoy esperando a que me envíen el contrato para amarrar todo.

¿Y ahora qué? No lo sé, Juglar. El lapso que transcurrió entre el primer correo donde me decían que tenían una "propuesta" y el momento de la llamada con la editora fueron días de mucho nerviosismo y mucha emoción. Yo temía en particular que todo esto fuera otra bala de salva, un falso profeta, y por eso decidí no contarle nada a nadie, ni siquiera a ti, y sin embargo fueron días agradables, largos, de dulce espera. Pero la llamada en sí misma fue una cachetada caliente, en realidad no reaccioné demasiado, estaba un tanto entumido hasta que me sacudió la reacción de Juliette, la noté genuinamente conmovida, convencida, y caí en cuenta de que la gente fuera de nosotros, Juglar, incluso la gente que nos ama y que nos es más próxima, incluso ellos requieren a veces estos asideros tangibles para creer en lo que hacemos. Pero así es el azar, o así es la vida: de pronto me llega esto de donde no lo esperaba y cuando mi relación con la escritura había tocado recientemente su punto más bajo (algo similar me sucedió con Juliette: llegó a mi vida cuando yo estaba a punto de irme de Rusia, y lo último que tenía en mente era enamorarme de alguien), así que no me queda más que agradecer esta brisa inesperada, y entenderlo todo como un discreto y bienvenido espaldarazo del azar a la terquedad.

Y volviendo a lo nuestro, me gusta mucho y cada vez más el nombre del proyecto, hermano. Yo también estoy seguro que esto que estamos haciendo y trenzando, cual urracas con su nido, será lo de mayor peso que jamás escribiremos, pero solo si sabemos darle cauce y seguimiento con el discurrir y transcurrir de los años. Lo de mi novela y la publicación me resulta maravilloso, pero forma parte del caparazón. Con esto, en cambio, damos leña al fuego que es el alma. Y sin alma, el caparazón no es más que un hueco.

Next
Next