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de: Juan Sáenz de Tejada Urruzola <elamorensancha@gmail.com>

para: Alessandro Triacca <triakka@hotmail.com>

fecha: 22 ago 2021, 16:21

asunto: Re: Primer escrito


Querido hermano:

hay un poema muy famoso de Baudelaire, El albatros, que compara a esta ave con la figura del poeta. Baudelaire viene a decir que el Poeta (o sea, él mismo) es un ser celestial y majestuoso, dotado de un alma sensible que se siente extraña en la tierra, rodeada de extraños, en un medio que no es el suyo. El poema es cojonudo; la imagen es anticuada, aunque yo, en ocasiones, la encarno.

Y es que existe la tendencia, muy recurrente, de comparar al Poeta o al Artista con los pájaros. Yo mismo lo hice en Alana, donde en un momento dado escribí que yo soy un pájaro solitario que viaja rodeado de espejos, o en el primer poema que escribí con el corazón roto -verano de 2008, Zarautz- y que transcribo al final de estas líneas. Pero Baudelaire pertenece al S. XIX y todo esto de los pájaros y los poetas es algo heredado de entonces. Muchas veces he pensado que mi alma es post-decimonónica o decimonónicamente tardía, porque hereda aquel espíritu con un siglo de retraso. Lo tuve muy presente leyendo a Zweig, su Mundo de ayer, porque me identifiqué con cada uno de sus sentimientos adolescentes relacionados con la bohemia y con el status que confería el arte. Algo así buscaba yo en mi adolescencia, en Madrid, cuando dejé de ir a los botellones con mis amigos para irme solo al cine, o a conciertos de jazz, o para quedarme en mi habitación leyendo a Kafka o a Camus hasta las tres de la madrugada. Y no sabía muy bien por qué lo hacía. Hablo de Madrid -yo solo, año 2000- frente a Viena -Zweig y sus coetáneos, año 1900, cuando leer e ir al teatro eran signos culturales determinantes y formaban parte del mainstream-. Quiero decir con todo esto que mi alma tiene cierto talante arqueológico, pues busca su referencia, su espejo, en las ruinas de una cultura que ya no existe.

Con todo, Alessandro, me agrada mucho que en tu maravilloso último texto me metas en el saco de los poetas. Mis primeras lecturas significativas pertenecen a poetas: Whitman, von Hofmannsthal, Pessoa, Rimbaud, García Lorca, Rilke, e.e. cummings, el propio Baudelaire, Juan de la Cruz, Ezra Pound, Homero, Kavafis, Hölderlin, T. S. Eliot... Empecé, también, escribiendo versos. Hoy, sin embargo, adaptándome a los tiempos que vivimos, a la contemporaneidad, escribo libros híbridos. O canciones. Es un accidente que yo use algo parecido a la narrativa, por supuesto. Lo que yo busco siempre es el hito poético. Tú lo sabes y me ayudas a comprenderlo mejor. Recuerdo que en Praga me preguntaste: ¿Y si escribieras solamente versos? Y en tu último y magnífico texto me sugieres también esa alternativa. Te lo agradezco. Mis mejores espejos sois mis mejores amigos, que tenéis, simultáneamente, vuestros espejos muy bien colocados en arqueologías muy personales. Ayer tomé una birra con Felipe (en realidad fueron tres) y me dijo algo parecido, me dijo: "tu obra es extraordinaria, pero no es comercial; tú, de hecho, eres la persona menos comercial que yo conozco, eres poeta". Estoy de acuerdo con vosotros. Yo, como todos, simplemente lo quería todo, quería hacer la obra que me diera la gana, una obra de mi gusto, personal, vanguardista, arriesgada, y quería además que fuera best-seller. Ahora entiendo que quizá no puede ser y voy encontrando la manera de construir una relación sana entre mi obra y la realidad, o entre el cielo y la tierra -como decíamos en nuestras últimas cartas-. Estoy intentando resolver lo práctico, estoy situándome lejos de lo que me pide el cuerpo, que es, paradójicamente, salir de mi cuerpo. Busco mi contrario para equilibrarme. Y por necesidad. Y confío en que obtendré, a cambio, una mayor libertad para volar. Mi obra, efectivamente, se irá volviendo con el tiempo, o eso espero, más pura, esencial, poética. Quizá termine escribiendo los haikus del futuro. Tú, que además de artista eres narrador, si lo deseas, serás el que escribirá las novelas que ambos soñábamos, las nuevas Bildungsroman para las nuevas generaciones. Lo tienes absolutamente todo.

¿Y cuál es nuestro rutilante punto de encuentro? Nuestro punto de encuentro, además del mismísimo núcleo de la amistad -ayer me emocioné mucho al ver vuestra foto y recordar nuestros días en Praga-, es este proyecto de correspondencia e intercambio. Me gustaría, como te dije, que durara para siempre, porque así se convertiría en una especie de testimonio, de bitácora, de dos hombres que han pasado por el mundo en el S. XXI, y sería, casi con toda seguridad, lo mejor de toda nuestra obra literaria, por muy buenas que fueran nuestras huellas individuales, porque este proyecto sempiterno se mediría en décadas, no en páginas, y eso es mucho porque la permanencia de algo a lo largo del tiempo es -ya empezamos a entenderlo- un milagro. Creo que nuestra única salvación son la constancia y la perseverancia. Y la fe. 

Tengo un nombre para este proyecto nuestro, Alessandro. Se me ocurrió el otro día nadando en la piscina. A ver si te gusta. Cierra un momento los ojos y luego los abres y ya lo lees. Ahí va el nombre: URRACCA: este proyecto es el encuentro de dos aves (por seguir con la metáfora), tú y yo, que nos cruzamos en mitad del cielo: tú subiendo, yo bajando.

Un abrazo enorme.

El último poema de amor no duele tanto


Quisiera que me vieses solamente en mis actos.
He pasado muchas veces junto a la terraza,
me he detenido horas afuera, siempre descalzo,
a buscar grietas, oscuridad, respuestas,
a cantar, a disfrazarme, a apreciar tu trabajo...
Todo, para saberme una llama que no arde,
una pena que no aflora ni siquiera en el llanto,
para amar tu sueño de mirada tras los cristales,
un sueño enigmático como un desolado sagrario,
como tus dos corazones latiendo voluntad.
 
Habitamos en dudas que nunca interrogamos:
si la luz es el refugio, si el amor es la luz,
¿cómo les ganaremos la libertad a esos ratos?,
¿qué inventaremos para ser fieles a la verdad?
Se me fugan los sueños frente a tu rostro opaco,
tú te resistes a ser soledad de otra vida,
me pides que abrace el mundo y no lo sienta extraño
y ajeno como una enseña para otro ejército.
Déjame elegirte un deseo: dar en el blanco
de tu sexo lleno en un cese de pensamiento.
 
Hoy hallo el descaro para confesarme en alto:
sin memoria, la vida sería abandonarse
al viento sur de una madrugada de verano.
Me hastía subir la montaña ciego de silencio
y restar sufrimiento a lo bello y delicado:
ya no me tiritan los sepulcros en invierno.
Tú eres, para ti, aire encerrado en un frasco.
Para mí eres aquella brisa, un niño valor,
una respiración de más pulmones, un ramo,
un don, un fuerte inexpugnable, una semilla.

Yo soy sólo un pájaro que sigue buscando
otros cielos con la certeza de volar el único,
un ave sin paisaje, sin bandada, con canto.
Mírame volar y llena el cielo en mi costado.


p.d: leo en la Wikipedia que las urracas 1) tienen un gran poder de comunicación con sus congéneres, 2) que almacenan objetos brillantes como si fueran tesoros -se han llegado a encontrar joyas de valor en sus grandes nidos-, 3) que pueden reconocerse en un espejo -como Lenú-, capacidad que hasta hace poco sólo se había observado en primates, elefantes y delfines, y 4) que con una enseñanza adecuada desde pequeñitas son capaces de imitar la voz humana.

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